Inmaculado Corazón de María

Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús, María y José

Jesús confirma la traición de Judas

16 MIÉRCOLES SANTO (Morado)

Lecturas: Is 50, 4-9a | Sal 68, 8-10.21-22.31.33-34
Evangelio según San Mateo 26, 14-25

Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: «¿Cuánto me darán si se los entrego?» Y resolvieron darle treinta monedas de plata. Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión favorable para entregarlo.

El primer día de los Ácimos, los discípulos fueron a preguntar a Jesús: «¿Dónde quieres que te preparemos la comida pascual?». Él respondió: «Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: “El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”». Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua. Al atardecer, estaba a la mesa con los Doce y, mientras comían, Jesús les dijo: «Les aseguro que uno de ustedes me entregará». Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por uno: «¿Seré yo, Señor?».

Él respondió: «El que acaba de servirse de la misma fuente que yo, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!». Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó: «¿Seré yo, Maestro?». «Tú lo has dicho», le respondió Jesús.

“El Miércoles Santo es el día de las 30 monedas de plata. El dia en que contemplamos como Judas pacta con las autoridades judías entregarles a Jesús. Quizás en una mirada muy rápida podamos inmediatamente llenar de improperios e insultos a Judas considerarlo un traidor, considerarlo a mala persona, considerarlo alguien que por su ambición por cuatro monedas o por 30 o por las que sean vende al amigo.

Pero bueno lo que se puede intuir en el relato del evangelio, es que que más bien Judas ha llegado un punto en el cual se ha desencantado de Jesús, se desencantado porque cree que la buena noticia ha de ser otra o ah anunciarse de otra manera y en lugar de aceptar la propuesta de Jesús quiere imponer la suya y esto creo que tiene más reflejo de muchas de nuestras vidas y situaciones de lo que podemos a veces caer en la cuenta, no?

Porque en el fondo, quien no quiere un Evangelio sugerida, quien no está tentado por lo menos no? de escoger la buena noticia de acuerdo con la propia sensibilidad, manera de estar del mundo, quitando la parte de renuncia que se me puede hacer más dura, escogiendo modos, tiempos y formas que me encaja más.

Y ante eso pues uno también está dispuesto en vender el Evangelio, lo vendes a lo mejor no por 30 monedas de plata, pero lo vendes, pues por una vida cómoda, lo vendes por evitarte los problemas, porque hay otras lógicas u otras buenas noticias que te interesan más, así que conviene, no sé… mirarnos en el espejo de Judas también”

José María Rodríguez Olaizola, SJ.

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