5 SÁBADO Feria (Morado)
[San Vicente Ferrer, presbítero] (sólo conmemoración)
Lecturas: Jer 11, 18-20 | Sal 7, 2-3.9bc-12
Evangelio según San Juan 7, 40-53
Algunos de la multitud que lo habían oído, opinaban: «Este es verdaderamente el Profeta». Otros decían: «Este es el Mesías». Pero otros preguntaban: «¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?». Y por causa de él, se produjo una división entre la gente. Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él. Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron: «¿Por qué no lo trajeron?». Ellos respondieron: «Nadie habló jamás como este hombre». Los fariseos respondieron: «¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita». Nicodemo, uno de ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: «¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?». Le respondieron: «¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta». Y cada uno regresó a su casa.
Vamos llegando ya al final de este tiempo de preparación, está pronta la Semana Mayor. Se acerca el tiempo exacto elegido por Dios Padre. La culminación de su amor por cada uno de nosotros.
En este momento comienzan a dividirse las opiniones que cada cual tenía sobre Jesús, quienes opinaban sin conocer la historia de Jesús y ateniéndose a las escrituras alegaban que ningún profeta era originario de Galilea, quienes no creían en Jesús, ni en sus palabras ni por sus obras. Quienes ya en su corazón no interesaba la verdad sino solo el poder y lo terreno. Lo cierto es que las palabras de Jesús impactaban, llamaban la atención.
Dios Padre, hizo y hace todo para que creamos en su proyecto de amor, ayer y hoy hay quienes creen, quienes no creen y quienes conspiran y siembran semillas de confusión, alejando de Dios a sus hijos.
También hoy la actitud y respuesta a la Palabra es decisión de cada uno de nosotros. No basta reconocer a Jesús como el Mesías, es necesario responder a su invitación, implicarnos en la construcción un Reino, trabajando nuestras debilidades a través del Sacramento de la reconciliación y al servicio de los hermanos. A la luz de la Sagrada Familia como modelo, siendo cada dia mi mejor versión como mamá, papá, hijo, hermano, esposos, amigos, profesionales. Apoyados en la oración y procurando profundizar cada día en la Fe.