Inmaculado Corazón de María

Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús, María y José

Conocerán la verdad y la verdad los hará libres

Miércoles 09 Feria (Morado)
Lecturas Dn 3, 1.4.5b-6.8.12.14-20.24-25.28 | C.R. Daniel 3, 52-56

Evangelio según San Juan 8, 31-42 Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: «Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres». Ellos le respondieron: «Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: “Ustedes serán libres”?».

Jesús les respondió: «Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado. El esclavo no permanece para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece para siempre. Por eso, si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres. Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra en ustedes. Yo digo lo que he visto junto a mi Padre, y ustedes hacen lo que han aprendido de su padre».

Ellos le replicaron: «Nuestro padre es Abraham». Y Jesús les dijo: «Si ustedes fueran hijos de Abraham, obrarían como él. Pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso. Pero ustedes obran como su padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios». 

Jesús prosiguió: «Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de él. No he venido por mí mismo, sino que él me envió.»

Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían» dice Jesús a los judíos que lo escuchaban. Son judíos que han creído en él, pero que se encuentran frente a la necesidad de trascender ese primer acto de fe: pasar de creer en las palabras de Jesús, a hacer la experiencia en él, de ser Hijos.

También nosotros, que en un momento hemos escuchado la Buena Noticia y hemos decidido seguir a Jesús, estamos llamados a custodiar y cultivar esa primera decisión, a través de procesos de madurez de la fe y del ejercicio de la vida cristiana, a través de la edificación y concreción del Reino en el lugar en que se desarrolla nuestra vida.

Danos la gracia Señor de responder a tu llamada. Ayudanos a que nuestro deseo de vos se traduzca en opciones concretas por conocerte más, escucharte más, expresarte más. Que podamos acercarnos cada vez más a vos, y en ese acercamiento, descubrir tu invitación a compartirte, a anunciarte, a llenar de tu sentido tantas otras vidas.

Inmaculado Corazón de María

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